Acariciame

Acaríciame 

lleva mi mente contigo

y dejemos que

cada universo se transforme

en agonías y letanías inexplicables,

en metáforas y días interminables,

en un alma renovada por vivir.

Imprégname de ti en este amanecer

que quiero volver a nacer
.

mientras allá afuera se ahueca el tiempo

y el calendario inicia aún cuando este terminando.

Acariciame

y 

 visteme de ti . . .

                                                                 

(sólo de ti)

Estaciones

Te siento en este día

donde no es primavera

pero florecen mis ojos ante

tu presencia de naranjo perfumado.

Te toco en este verano

donde el otoño ha llegado

porque renacen mis manos

a esta cercanía.

Yo te veo

 callo . . .  

y tiemblo

ante la inclemencia de tus labios

donde germina el jardín de mi cuerpo

que de tu cuerpo de lirios ha brotado.

Te siento en el invierno

que aún no ha llegado

en estas cuatro estaciones,

en cada hoja y aliento,

en el roció . . . en el viento

 en todo lo que siempre me sabe a ti

No me quieras

No me quieras

en este silencio ausente de tu tacto

ni me llames a deshoras

en la niebla donde ya no habito.

No me quieras

mi piel ahora esta bañada de horas perdidas

y no encontrarás más tu reflejo

en este corazón que te amo tanto.

No me quieras

no trates de revertir el tiempo

vistiendo mi alma de amnesia

para encontrar aquel "tú y yo" acabado.

No me quieras
no me hables
no me toques
no . . .

 y a   n o   s o y     l a    m i s m a.

Te he olvidado.

Cenizas

Se evapora el silencio que ya no encuentra ese ángulo donde cada noche fraguaba las más tercas excusas para entender (justificar) la cercanía de tu piel. Queda ahora adormecido el tic-tac de los minutos cómplices de tus besos, de aquella pasión que esperaba las sombras clandestinas de tus pestañas.

Se disipa la neblina quedando la soledad que es mejor mucho mejor.

Esta noche quizá por fin olvide tu nombre y guarde los restos de lo que fui contigo...

ahora sólo quedan cenizas y algunos recuerdos.

Mi corazón niño

Entablo un diálogo contigo

en el aire tibio,

a la velocidad de la luz

que te viste de vida vehemente y cierta.

Te miro y sonrío

porque me haces ser blanco, blando, hermano

cuando me ves con ese mirar tan limpio.

Conviertes en instantes mi mundo en nubes de algodón

donde no importa nada, nada importa.

Entablo un diálogo contigo

y me escuchas, me inventas

me seduces,

      me haces ser . . .

otra vez niño.