Inventaré tu sombra,
tu nombre… inventaré.
Ya no existe el acertijo que inundaba
cada tiempo de letras, de espejos y relojes.
El cenzontle mudo de rama,
en ella floreció el manzano y
las promesas de invierno.
¿Lo ves? sin ti
al igual que contigo
el rio corre montaña abajo
mientras las nubes de nuevo
colorean los sueños.
colorean los sueños.
Y yo terca, necia . . . prosigo
inventando . . .