El olvido viene
a mi pensamiento
cuando tantas ideas mueren
y me quedo en silencio.
El olvido llega
sólo por momentos
cuando me se fuera de tus manos
cuando me se fuera de tus manos
de tu cuerpo, de tu aliento.
El olvido perdona
mi torpeza de seguir creyéndote especial
me recorre y me eriza cuando entiende
que no hay nada que pensar.
El olvido aún no es mío
porque sabe que ya ocupas su lugar
me seduce, me abandona cuando entiende
que no te puedo dejar...